La cata de quesos y vinos celebrada en Casa Eusebio 1924 en Zaragoza, organizada por la Asociación de Maîtres de Aragón, fue un evento gastronómico destacado que ofreció una rica experiencia sensorial a los asistentes. En un ambiente sofisticado y acogedor, los participantes disfrutaron de la perfecta armonía entre una cuidadosa selección de quesos y vinos, que representaron lo mejor de las tradiciones culinarias europeas.

La cata comenzó con una presentación de los quesos artesanales, cada uno con características únicas y provenientes de diversas regiones. La selección incluía el Taleggio, un queso italiano de vaca de pasta blanda, con su característico sabor dulce y suave, ideal para iniciar la degustación. A continuación, se presentó el Pañoleta, un queso de cabra de textura firme pero cremosa, que aportó matices frescos y ligeros al paladar. Le siguió el Belavita Expresó, también de vaca, conocido por su cremosidad y notas lácticas que dejaban un retrogusto persistente y placentero.

Otro de los protagonistas fue el Cameros, un queso de oveja español que ofreció un perfil más robusto, con sabores intensos y ligeramente picantes. El recorrido quesero continuó con el Gouda Beemster, un queso de vaca holandés de textura firme y sabor dulce y mantecoso, muy apreciado por su maduración lenta. Para culminar, el Bleu de Pyrénées, un queso azul de cabra francés, trajo al paladar una explosión de sabor fuerte y ligeramente salado, con una textura cremosa que fundía suavemente en la boca.

Para acompañar estos quesos, la selección de vinos blancos y tintos fue cuidadosamente escogida para resaltar los sabores de cada uno. Entre los blancos, se degustó el Viña Abad Godello, un vino gallego fresco y afrutado, que complementó a la perfección los quesos más suaves. El Pepe Mendoza, un vino alicantino de cuerpo más complejo, aportó notas cítricas y minerales que realzaron el sabor del Pañoleta. Por último, el Michael Lynch, un blanco bordelés, presentó una elegante combinación de frutas y flores, que equilibró los quesos más intensos.

En cuanto a los vinos tintos, el Castro de Valtuille, elaborado con uva Mencía, destacó por sus taninos suaves y toques frutales que contrastaron deliciosamente con el Gouda Beemster. El Alicante Bouchet, un monastrell de gran personalidad, ofreció notas especiadas y terrosas que elevaron el sabor del Cameros. Para finalizar, el 7 Fuentes, de Listán Negro, vino de Canarias, aportó su carácter volcánico, perfecto para acompañar la potencia del Bleu de Pyrénées.

Esta cata no solo fue una experiencia gustativa, sino también un viaje a través de la cultura quesera y vinícola, donde los asistentes aprendieron a apreciar las sutilezas del maridaje. La interacción con los expertos y el ambiente relajado contribuyeron a que esta velada fuera inolvidable, dejando a todos con un profundo aprecio por la sinergia entre quesos y vinos.

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